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Feature Story

Profundo en la piel: Breve historia de las hipodérmicas

Mike Rubin

¿Recuerda la primera vez que, a propósito, pinchó a una persona real con una aguja? Y no me refiero a practicar las IV con los compañeros más fastidiosos de la clase; estoy hablando sobre instalar una vía con un auténtico catéter calibre 18-G en un paciente enfermo, quien asumió que usted sabía lo que estaba haciendo.

Recuerdo mi primer "tiro". Ojalá pudiera olvidarlo, así como a los dos siguientes.

Punto sin retorno

El pyoulkos griego (Foto: Kotsanas.com)
1. El pyoulkos griego (Foto: Kotsanas.com)

En 1994, como estudiante de paramédico hice mi segunda rotación de SVA en las ambulancias de Brooklyn. En aquel día de noviembre, tres llamadas involucraron a pacientes cardíacos, que requirieron líneas IV, y adivine quien intentó colocarlas.

Fallé en cada una de ellas ¡pero vaya baño de sangre! Yo lucía como un incidente de materiales peligrosos ambulante. Los paramédicos que iban conmigo agregaron trajes Tyvek a sus listas de verificación de insumos.

Una de mis víctimas fue una anciana con las venas congestionadas, que estaba tan angustiada cuando buscaba con el catéter en sus manchados brazos, que empezó a llorar. El sabelotodo de mi tutor, aprovechó el momento didáctico y dijo: "No llore Mami. Yo sé que duele, pero nunca haríamos esto para lastimarla".

"Gracias, John. Ya me sentía bastante mal para que encima fueras la Madre Teresa"

Removedor hipodérmico de cataratas (Foto: onlinelibrary.wiley.com)
2. Removedor hipodérmico de cataratas (Foto: onlinelibrary.wiley.com)

Al poco rato, esa misma noche, decidí no asistir a la escuela de conducción de ambulancias y abrí algunos angiocatéteres para tratar de averiguar qué estaba haciendo mal. A medida que observaba el diseño de estos dispositivos, me preguntaba cómo se comparaban con los aparatos previos a la aparición del SEM. Podría decirse que, mi desordenada introducción a los procedimientos invasivos, inspiró este artículo sobre los puntos finos de los puntos más finos al respecto.

Horrores hipodérmicos

Las primeras jeringas fueron desarrolladas hace tres mil años, no para administrar medicamentos, si no para la extracción de pus. Si usted fuera un habitante de la antigua Grecia y no quería esperar 2,500 años por una técnica aséptica, podría tener una encarnizada herida de lanza, que sería drenada por cualquiera que tuviera un pyoulkus (Figura 1). Observe lo moderno que luce, en comparación con la retorcida reliquia de la Figura 2, que era utilizada alrededor del año 900 AC, de una manera indescriptible. Hablaré del tema lo suficiente como para darle una pista: "Prefiero clavarme agujas en los ojos".

Pluma y vejiga IV de Wren (Foto: Museo Internacional de Ciencias Quirúrgicas)
3. Pluma y vejiga IV de Wren (Foto: Museo Internacional de Ciencias Quirúrgicas)

Si usted sospechó que éste dispositivo era un removedor de cataratas, está en lo correcto. Me asombra su imaginación y le sugiero, además, que busque terapia.

Vayamos a la Europa del siglo XVII. Esa fue una época de ideas audaces y discursos filosóficos. Los eruditos la llamaron la "Era de la Ilustración" pero para los enfermos y heridos fue la era de la desfiguración, que es lo que muchos sufrieron después de buscar atención médica compasiva, misma que aún no se había inventado.

Un gran paso en la dirección correcta fue el uso de instrumentos hipodérmicos para hacer más que incisiones y drenajes. Tomemos como ejemplo el aparato intravascular de 1656 de Christopher Wren (Figura 3). Wren usó su equipo de pluma y vejiga para inyectar alcohol etílico a un perro, luego infundió a un segundo perro con sangre del primero.

Transfusión cordero - humano (Foto: daily.jstor.org)
4. Transfusión cordero - humano (Foto: daily.jstor.org)

Además de descubrir una forma económica de hacer fiesta con los sabuesos, Wren inspiró al médico parisino Jean Baptiste Denis para orquestar la primera transfusión de un cordero a un reacio paciente psiquiátrico (Figura 4), seguida de la primera reacción transfusional fatal.

Lo que sucedió a continuación, suena a un burocrático "cubre tu propio trasero": En Francia las transfusiones de animales a humanos estuvieron prohibidas durante 100 años, y la esposa del paciente psiquiátrico fue acusada de su asesinato.

En 1662, el Dr. Johann Major documentó la primera inyección intravenosa en un ser humano. Pero el sujeto no sobrevivió, posiblemente debido a que recibió una mezcla de opio, azufre y arsénico. Los experimentos en curso con cócteles de sustancias que limitan la vida hicieron que los medicamentos intravenosos fueran relativamente impopulares durante dos siglos, pero los dispositivos hipodérmicos continuaron mejorando.

Vacunador de viruela (Foto: ageofrevolution.org)
5. Vacunador de viruela (Foto: ageofrevolution.org)

La invención es la madre de la inyección

No estoy seguro si poseo el récord del paramédico de los EE. UU. con la mayor cantidad de vacunas recibidas contra la viruela. Múltiples empleadores y una larga vida en la carrera, me dejan a 3, porque nunca pude demostrarle a ningún departamento de personal que ya había sido inoculado. Por esa misma razón, he recibido varias dosis de las vacunas combinadas contra tétanos, difteria y tos ferina; y sarampión, paperas y rubéola. Incluso estoy pensando ofertar mi plasma en eBay.

Jeringa de aguja hueca (Foto: boingboing)
6. Jeringa de aguja hueca (Foto: boingboing)

El hecho de ser alguien hiper vacunado, me hace querer darle crédito a Edward Jenner, no solo por su papel en la erradicación de la viruela, sino también por los instrumentos híbridos que inspiró y que ayudaron a reavivar el interés en la medicación parenteral. Dele una mirada a la notable herramienta que Jenner y otros pioneros de la vacunación favorecieron (Figura 5). La cuchilla en el extremo posterior se usaba para perforar una lesión de viruela bovina de un donante (la viruela bovina era similar a la viruela humana, pero más leve) y transferir el exudado al receptor de la vacuna, donde se raspaba la piel con las puntas del extremo anterior. Mis inoculaciones fueron similares, excepto por el donante de viruela bovina.

Jeringa de aguja hueca
7. Jeringa de aguja hueca.

En la década de 1830, el siguiente gran avance fueron las inyecciones con agujas huecas, inventadas por Francis Rynd y Gabriel Pravaz. Las Figuras 6 y 7 muestran jeringas que incorporan esa innovación. Daniel Ferguson mejoró esos diseños en 1853 con un modelo personalizado de plata y vidrio, para narcóticos (Figura 8). Esa fue una célebre mejora con respecto a los gránulos subcutáneos, saturados de morfina, insertados con agujas realmente grandes.

Se podría decir que las jeringas labraron el camino para los medicamentos intravenosos, pero en 1832, el médico Thomas Latta, fue el primero en demostrar el verdadero valor de la terapia intravenosa, después de salvar la vida de un paciente de cólera hipovolémico, mediante la administración de una infusión de solución salina, el cólera se convirtió entonces en una enfermedad tratable.

Jeringa de Ferguson (Foto: Phisick)
8. Jeringa de Ferguson (Foto: Phisick)

A mediados de la década de 1950, la poliomielitis fue otra enfermedad mortal que en parte tuvo responsabilidad del desarrollo de objetos punzocortantes desechables. Recuerdo haber recibido mi vacuna poliviral con uno de esos émbolos de plástico. No daba tanto miedo como los modelos antiguos esterilizados en autoclave, pero igual era muy dolorosa.

En 1933 la empresa Baxter Travenol originó soluciones estériles en botellas de vidrio (Figura 9). Las vías intravenosas comenzaron a parecerse a las configuraciones que veíamos en series televisivas en los años 70 como M*A*S*H o Emergency! con valientes médicos que siempre le indicaban a enfermeras con cofia que hicieran algunas tareas ¡inmediatamente!

Botellas IV de Baxter (Foto: Baxter.com)
9. Botellas IV de Baxter (Foto: Baxter.com)

En 1970, poco después de retirar del mercado un fluido contaminado, Baxter cambió de las botellas de vidrio a bolsas. Casi al mismo tiempo, las enfermeras dejaron de usar cofias, debido a preocupaciones sobre la higiene, tal y cómo se vería en "El Enfermero Kenneth" con una gorra blanca.

Eso nos lleva al omnipresente angiocatéter, que era un catéter dentro de una aguja (Figura 10) antes de convertirse en una aguja dentro de un catéter. Hoy en día, es una maravilla, con el botón pulsador del resorte, que te protege contra casi todo, excepto de presionar ese mismo botón demasiado pronto. Quizás necesitamos un segundo botón para desbloquear el primero. O tal vez deberíamos, simplemente, aceptar los límites de la tecnología. Como pregunta mi amigo Rob Bowen, ¿realmente son mejores los recipientes para objetos punzocortantes que las bancas?

Minería medular

Catéter por dentro de la aguja (Foto: obgynkey.com)
10. Catéter por dentro de la aguja (Foto: obgynkey.com)

Por mucho que no me gusten las arrogantes referencias de algunos colegas sobre los pacientes "taladrados", la administración intraósea (IO) de fármacos ciertamente ha cambiado las reglas del juego para el SEM.

Introducida en 1922 por el Dr. Cecil Drinker, la técnica IO se refinó en la década de 1930 principalmente para pediatría. La Segunda Guerra Mundial cambió eso; aproximadamente 4,000 soldados recibieron infusiones vía IO. La Figura 11 muestra una colección de dispositivos anteriores al uso de herramientas eléctricas para acceder a la médula ósea. La aguja de Jamshidi (al centro) es lo que yo llevaba. Simplemente giras y empujas con fuerza debajo de la tuberosidad tibial, tratando de no golpear alguna de tus propias tuberosidades durante la maniobra. Yo hice un acceso IO manual en un niño; con eso me fue suficiente.

Nunca trabajé en un sistema en el que los taladros se usaran para otra cosa que no fuera para volver a armar las ambulancias. A principios de la década de 2000, recuerdo haber visto presentaciones de representantes de ventas de dispositivos IO que juraban que su aplicación no dolía. Uno de ellos, incluso, se ofreció a probarlo en sí mismo. Hablando de dedicación. Hablando de enfermedad mental.

Agujas intraóseas
11. Agujas intraóseas.

Karma - céutico

Escribir todo esto ha resultado terapéutico. Desearía no haber comenzado mi carrera de paramédico con esos tres "tiros" perdidos, pero al menos sé que mis torpes intentos de canulación fueron relativamente inofensivos en comparación con la sangría clínica durante la "Era de la Ilustración". En aquel entonces había mucho que aprender sobre las drogas inyectables, sobre los procedimientos invasivos, sobre cómo no morir con tanta frecuencia. Ir al médico debe haber sido súper aterrador para las personas, sin mencionar a perros y ovejas.

En cuanto a los pacientes que he pinchado durante los últimos 27 años, les alegrará saber que me quedo atascado con bastante regularidad en estos días por una razón u otra. Merezco un poco de incomodidad, sin duda, pero me limito a las intravenosas de arsénico.

Fuentes

A Brief History of the Syringe and Injectable Medication. Aplus Corp. Published February 6, 2019. www.aplususapharma.com/blog/brief-history-of-the-syringe-and-injectable-medication/

Craig R. A history of syringes and needles. University of Queensland. Published December 20, 2018. Accessed March 15, 2022. https://medicine.uq.edu.au/blog/2018/12/history-syringes-and-needles

Foex BA. Discovery of the intraosseous route for fluid administration. J Accid Emerg Med. 2000; 17: 136–7. doi: 10.1136/emj.17.2.136

The History of the Syringe: from Glass Tubes to Microneedles. Bulk Syringes. Published January 31, 2014. Accessed March 15, 2022. www.bulksyringes.com/the-history-of-the-syringe-from-glass-tubes-to-microneedles/

Intraosseous Access–History, Method and Automated Devices. Safeguard Medical. Published January 5, 2022. Accessed March 15, 2022. https://safeguardmedical.com/intraosseous-access-history-method-and-automated-devices/

Rivera AM, Strauss KW, Van Zundert A, Mortier E. The history of peripheral intravenous catheters: How little plastic tubes revolutionized medicine. Acta Anesthesiologica Belgica. 2005; 56: 271–82. PMID: 16265830

Riedel S. Edward Jenner and the history of smallpox and vaccination. Proc (Bayl Univ Med Cent).  2005: 18(1): 21–5. doi: 10.1080/08998280.2005.11928028

El paramédico de Nashville Mike Rubin es el autor de Life Support, una colección de ensayos orientados al SEM, y miembro del consejo asesor editorial de EMS World. Puede contactarlo en mgr22@prodigy.net

Traductor

Cristian Román Cabrera

Cristian cuenta con más de 25 años de experiencia en los Servicios Médicos de Emergencia, se desempeñó como voluntario en la Cruz Roja Mexicana en la ciudad de México y en el Heroico Cuerpo de Bomberos de la ciudad de Toluca, actualmente es paramédico y rescatista para el servicio de urgencias del Estado de México (SUEM) y paramédico de vuelo. Es autor del libro "Guía de referencia del paramédico" por la editorial Trillas, es conferencista internacional, coordinador de revisión de exámenes para el Registro Internacional de Paramédicos (IPR por sus siglas en inglés) y editor asociado de EMS WORLD, instructor del programa PHTLS de la NAEMT.Cristian cuenta con más de 25 años de experiencia en los Servicios Médicos de Emergencia, se desempeñó como voluntario en la Cruz Roja Mexicana en la ciudad de México y en el Heroico Cuerpo de Bomberos de la ciudad de Toluca, actualmente es paramédico y rescatista para el servicio de urgencias del Estado de México (SUEM) y paramédico de vuelo. Es autor del libro "Guía de referencia del paramédico" por la editorial Trillas, es conferencista internacional, coordinador de revisión de exámenes para el Registro Internacional de Paramédicos (IPR por sus siglas en inglés) y editor asociado de EMS WORLD, instructor del programa PHTLS de la NAEMT.

Nota: Si usted observa algún error o quiere sugerir un cambio, por favor envíenos un correo a editor@emsworld.com

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