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Mantén la calma y colabora
Como los incidentes de víctimas múltiples (Mass-Casualty Incident, MCI por sus siglas en inglés) de alto perfil continúan afectando a las comunidades en todo Estados Unidos, los primeros respondedores necesitan continuamente mejorar su respuesta a estos casos para reducir la intensidad y gestionar estos eventos.
El Centro Nacional de Investigación y Capacitación Biomédica de la Universidad Estatal de Louisiana / Academia de Educación Contra el Terrorismo (LSU-NCBRT / ACE por sus siglas en inglés) tiene como objetivo satisfacer esa necesidad al realizar cursos de manejo de incidentes diseñados para los primeros respondedores. EMS World asistió recientemente a dos de estos cursos celebrados en Nueva Jersey: "Toma de decisiones críticas para ataques complejos coordinados" (Complex Coordinated Attacks, CCAs por sus siglas en inglés) y "Una jurisdicción preparada: Respuesta integrada a incidente químico, biológico, radiológico, nuclear y de explosivos de alta energía" (Chemical, Biological, Radiological, Nuclear, and high yield Explosives, CBRNE por sus siglas en inglés).
Paul Maniscalco, MPA, EMT-P y James Covington, instructor de servicios de emergencia e instructor principal de la Universidad Estatal de Louisiana, se encontraban entre los instructores que dirigieron el curso de CCA, que se enfoca en capacitar a los primeros respondedores en el manejo de recursos, comando de incidentes y colaboración interinstitucional durante complejos ataques coordinados.
De acuerdo con la guía CCA LSU-NCBRT / ACE del participante, un ataque complejo coordinado se define como un evento que “involucra múltiples amenazas que a menudo exceden las tácticas de respuesta convencionales” y “requiere una respuesta conjunta que involucre a miembros de diversas disciplinas y jurisdicciones ".
El objetivo principal del curso es enfatizar la administración de recursos en lugar de enfocarse en el desempeño individual. "Debido a que es un incidente complejo y coordinado, es absolutamente crucial que los recursos se administren lo antes posible, por lo que estamos colocando los recursos correctos en los lugares correctos", dice Covington.
Un esfuerzo colaborativo
Si bien la mayoría de las agencias de seguridad pública son capaces de manejar incidentes con sus propias capacidades, a menudo no ensayan sus planes con otras disciplinas o analizan planes de ataques múltiples simultáneos, lo que resulta en una falta de cohesión entre agencias durante las operaciones de MCI.
Este curso fue diseñado para ayudar a remediar una brecha que existe en el mundo de los servicios de emergencia", dice Maniscalco, "y es tener la experiencia y la confianza para funcionar en ese nivel de ICS 400 (*) para coordinar recursos en áreas multifuncionales y en un ambiente estresante. Ambiente en el que los recursos se vuelven escasos muy rápidamente ”.
El curso de dos días ayuda a los participantes a desarrollar sus habilidades de toma de decisiones y conocimiento de la situación. El primer día, los instructores enseñan a los participantes las características de un CCA, la coordinación interinstitucional, cómo reunir y compartir inteligencia y las soluciones a los posibles problemas que puedan surgir. Para el resto del curso, la clase se divide en grupos para participar en ejercicios simulados en mesa de debate.
Los ejercicios presentan una ciudad llamada Metrópolis que enfrenta múltiples ataques que requieren recursos especializados de diferentes agencias que los participantes deben aprender a manejar. Si los recursos se delegan demasiado rápido a un incidente, es más difícil re asignarlos a los sitios en incidentes posteriores donde sean más necesarios. "Se convierte en una pesadilla logística", dice Covington.
Maniscalco dice que si las agencias que responden no manejan adecuadamente los incidentes catastróficos, "la estructura de la sociedad y la capacidad para volver a la normalidad se verán alteradas". Para garantizar que los participantes se sientan más seguros de sus habilidades para lograrlo, los instructores enfatizan el uso de aplicaciones operativas y teóricas, teniendo en cuenta las habilidades aprendidas en el curso se pueden utilizar tanto para operaciones diarias como a gran escala.
"La base que impulsamos de manera agresiva es compaginar la teoría y las operaciones para que se sientan cómodos y estén mejor orientados sobre la manera de emplearlo", dice Maniscalco. "Estas habilidades […] son transportables. "No solo son útiles en el evento catastrófico, sino que son transferibles a las operaciones diarias en términos de administración de sus sistemas".
Los ejercicios de mesa están diseñados para ayudar a los participantes a ser innovadores en su enfoque de resolución de problemas, dice Maniscalco. Por ejemplo, si un participante decide trasladar a 100 pacientes a un hospital que no puede manejar una afluencia de ese número, un algoritmo bloqueará esos recursos y determinará cómo esa decisión afectó la tasa de mortalidad del evento. El participante debe decidir cómo adaptarse y cambiar el curso de una manera segura y eficiente.
Los instructores interactúan a lo largo de los ejercicios para desafiar y guiar a los participantes. Para simular una ciudad real, el ejercicio proporciona a los participantes un conjunto limitado de recursos, pero con la capacidad de solicitar más si es necesario.
"No estamos para darles problemas adicionales, estamos para hacerles pensar acerca de las posibilidades de los problemas que surgen en estos incidentes", dice Covington. "Podemos darles problemas basados en cómo va el incidente, pero si lo están haciendo muy bien, tenemos una tendencia a dejar que lo hagan muy bien".
Considerando que cada agencia tiene diferentes recursos disponibles, los instructores recuerdan a la clase que lo que enseñan es solo una forma de manejar estos incidentes. No les piden a los participantes que cambien sus protocolos actuales, sino que mantengan una actitud abierta y apliquen lo que aprendan de acuerdo con sus necesidades y recursos locales.
"El conjunto de habilidades fundamentales que buscamos proporcionar a través de este programa permitirá que cada jurisdicción a nivel regional determine la mejor manera de responder a estos eventos con los recursos que tenga", dice Maniscalco. "Clases como esta nos ayudan a lidiar con la toma de decisiones, el respeto por los roles y la responsabilidad, y cómo asimilamos todo eso en una estrategia de respuesta coherente".
Es importante que los primeros respondedores sean conscientes de los diferentes roles de cada uno para mantener un esfuerzo unificado. No es una cadena de comando, dice Maniscalco, sino un comando de incidente. Debido a que la mayor parte del daño se inflige en los primeros 30 minutos de un incidente, los instructores insisten en que el comando debe establecerse dentro de ese marco de tiempo para limitar el número de víctimas.
Covington señala que esta colaboración entre agencias es una de las partes más difíciles del manejo de incidentes a gran escala. Teniendo esto en cuenta, los instructores reconocen la importancia de los participantes en los diferentes niveles de gestión y de calle que interactúan entre sí durante los ejercicios de mesa: requieren una respuesta tanto táctica como de gestión de recursos.
"Cuando los representantes de estas agencias dialogan en clase cara a cara, puedes notar [como una ganancia] una nueva apreciación por el apoyo que otras agencias pueden brindar", dice Covington. "Hemos estado muy emocionados de ver a tanta gente que comprende la necesidad de trabajar juntos entre agencias".
Trabaja más inteligentemente y no más duro
El curso “Una jurisdicción preparada: respuesta integrada a un incidente de CBRNE” de LSU-NCBRT / ACE de tres días de duración, se centra principalmente en mejorar la respuesta interinstitucional. Múltiples agencias de una jurisdicción participaron en un simulacro de respuesta a gran escala de MCI, que requirió personal de SEM, bomberos, agencias policicas, materiales peligrosos y SWAT en la escena.
Ocurrieron tres incidentes, comenzando con una furgoneta que huía de una gasolinera simulada donde había derramado una sustancia química desconocida. La camioneta luego fue conducida a través de una multitud de peatones antes de ser detenida por la policía. El tercer incidente involucró a un tirador activo en un edificio cercano. Los equipos del SEM clasificaron y seleccionaron en un triage y atendieron a las víctimas (simuladas por miembros del Equipo de Respuesta de Emergencia de la Comunidad), mientras que un equipo de materiales peligrosos analizó la sustancia dejada por los dos pasajeros en la camioneta.
Una vez que los sospechosos de la camioneta fueron confrontados por la policía, se involucraron en un tiroteo. Uno de los sospechosos tomó a su compañero como rehén, amenazando con dispararle en la cabeza (los participantes usaron tiros de salva en las armas).
"No estoy viendo su capacidad para disparar, estoy mirando su toma de decisiones", dice el Detective Raymond McPartland del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York, uno de los instructores que evalúa las acciones de los participantes durante el simulacro.
Mientras tanto, la misma sustancia química que quedaba en la estación de servicio estaba goteando desde la parte trasera de la camioneta, pero el equipo de materiales peligrosos estaba ocupado manejando el derrame inicial. Los próximos movimientos de los oficiales dependían parcialmente de los recursos relacionados con el primer incidente. Los oficiales no pudieron avanzar sobre el sospechoso sin la autorización de la tripulación de materiales peligrosos respecto al segundo derrame químico, explicó McPartland, y existía la posible necesidad de asistencia médica del SEM en caso de lesiones durante el tiroteo.
McPartland dice que los instructores observan las decisiones tomadas durante estos obstáculos en el simulacro para que puedan ofrecer una crítica constructiva en clase al día siguiente.
"La división de recursos no es fácil para muchas organizaciones", dice McPartland. "Se entrenan específicamente para un problema, por lo que solo estamos tratando de hacer que piensen en el peor de los escenarios".
El peor de los escenarios ciertamente empeoró: el rehén entró en contacto con el derrame químico y comenzó a convulsionar en el suelo, aunque continuó participando en el tiroteo con los oficiales hasta que los efectos del químico lo volvieron demasiado discapacitado.
Los oficiales decidieron llamar a los miembros de SWAT para obtener ayuda ya que tienen un entrenamiento básico de materiales peligrosos y podrían acercarse a la camioneta con la protección de su BearCat (Camión blindado de ataque y respuesta de contraataque de ingeniería balística de Lenco). El equipo se movió lentamente hacia el sospechoso, ordenándole que dejara caer su arma.
"Saben lo suficiente como para protegerse a sí mismos y seguir haciendo su nivel de trabajo, pero se debe hacer de manera segura y rápida para mitigar y salir", dice McPartland. "Esa es la idea con la integración [de las agencias]".
El equipo SWAT detuvo a ambos sospechosos e inspeccionó el interior de la camioneta, que contenía explosivos. Dichos detalles no se brindan a los participantes con anticipación, lo que los alienta a pensar de manera crítica.
Utilizando los beneficios de la tecnología moderna, los equipos decidieron enviar un dron para investigar las bombas más de cerca y dirigir a un robot a control remoto para obtener una muestra del agente que identificó en la fuga. Esto permitió a los participantes evaluar la escena desde una distancia segura.
"Tienen la capacidad de recopilar información sobre todo y enviarla de vuelta en tiempo real" al puesto de comando, dice McPartland. "No tienen que llamar a un técnico de bombas”.
Después de que la escena de la camioneta fue asegurada de todos los peligros, el equipo SWAT neutralizó con éxito al tirador activo durante el último incidente, y los equipos del SEM atendieron a sus víctimas. Las agencias participantes luego se reunieron para un informe, discutiendo sus deficiencias y logros en el simulacro y lo que los participantes pensaron que podrían mejorar en caso de un incidente real de víctimas múltiples.
"Trabaja de manera más inteligente, no más duro", dice McPartland.
Para participar en los próximos cursos LSU-NCBRT / ACE, visite www.ncbrt.lsu.edu/courses.
Valerie Amato es editora asistente en EMS World. Contáctala en: vamato@emsworld.com
*El Sistema de Comando de Incidentes 400 (ICS por sus siglas en inglés), es un curso diseñado para el personal de respuesta a emergencias que funciona como parte de un Comando de Área, un Centro de Operaciones de Emergencia o un Sistema de Coordinación Multiagencia durante un incidente o evento grande y complejo, o el personal que forme parte de una equipo de gestión de incidentes local o regional durante un incidente importante, ya sea una sola agencia, multiagencia o comando unificado (N. del E.)
Traductor
Omar Rojas Tapia
Médico en el Sistema de Urgencias del Estado de Guanajuato perteneciente a la Secretaría de Salud de Guanajuato. Docente en la Universidad Anáhuac Oaxaca/ Facultad de Medicina. Docente en la Universidad CLEA Aguascalientes/ Licenciatura en atención prehospitalaria y licenciatura en protección civil. Instructor de los programas AHA, NAEMT, ECSI. Instructor del área de capacitación en Cruz Roja Mexicana, delegación Morelia, Instructor del área de capacitación de Cruz Roja Mexicana, delegación Puebla. Director médico del H. Cuerpo de Bomberos de Acámbaro, Director médico del Emergency Global Care Training. Ponente Internacional en congresos de medicina prehospitalaria.
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