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El Paramédico de Mediana Edad: El Kilometraje Puede Ser Diferente
No tengo 50 años aún, pero cada vez me siento más cerca. A pesar de mi dolor constante en las articulaciones y la ridícula cantidad de canas en mi cabello no me siento avergonzado de mis años, realmente disfruto cuando mi edad o mis años de experiencia toman a alguien por sorpresa.
Sumando el tiempo llevo 30 años en los servicios médicos de urgencia, la gran mayoría de ellos en una institución muy grande en Newark, New Jersey.
Tengo un rostro redondo, con rasgos irlandeses y relativamente pocas arrugas, así como un estilista muy talentoso en tintes entre mis contactos.
En mi tiempo libre trato de evitar todo lo relacionado al uniforme y puedo fácilmente mezclarme entre la multitud en tiendas de remate o en mercados callejeros, dependiendo si uso mis elegantes pantalones de yoga o no. A simple vista es sencillo pensar que soy un tipo común y sin alguna experiencia en particular.
Lo cual me parece excelente.
Los servicios médicos de urgencia, como muchos otros trabajos que demandan un alto grado de actividad física, son considerados exclusivos de gente joven.
Es un trabajo duro, física y emocionalmente agotador.
Los profesionales de la salud entran en un mejor estado físico que cuando se van, años de cubrir turnos extensos, pocas horas de sueño, enormes cantidades de comida chatarra y estallidos de adrenalina, suelen ser una combinación nociva.
Claro, esto es posible combatirlo manteniéndose en forma, sin embargo la edad es un factor que dificulta este paso. Todos nos vamos desgastando, solo que a diferentes ritmos.
La gente entra al medio por un gran número de razones. ¿Qué le sucede a alguien que elige los servicios médicos de emergencia como una segunda carrera, o que entra al medio ya de edad avanzada?
Básicamente les sucede lo mismo que a alguien más joven, son sometidos al mismo entrenamiento, a las mismas frustraciones y éxitos que cualquier otro. Quizá ellos inicien su día con Ibuprofeno y no con jugo de naranja, pero de igual forma salen de casa.
Para cuando llegan al trabajo ellos lucen igual a ti, solo que un poco más viejos.
Pero ¿con la edad viene la experiencia cierto?
No exactamente. Con la edad viene la artritis, la cual no incrementa de forma natural la capacidad del pensamiento crítico o la habilidad de proveer atención prehospitalaria en un medio de gran estrés.
Desafortunadamente como normalmente atribuimos a la edad una mayor experiencia es fácil sobreestimar las habilidades de los proveedores más viejos al contactar a nuestros pacientes.
Los pensamos más fuertes o más capaces y esperamos que estén por arriba del nivel de cuidados de un novato. Asumimos que tienen un conocimiento mayor o que han hecho mucho más de lo que deberían por lo cual no los presionamos para aprender o practicar nada más.
La edad crea un excelente campo de fuerza. Generalmente mientras más viejo te vuelves, es más sencillo evitar que evalúen tus habilidades.
Personalmente yo tuve una terrible experiencia cuando fui evaluado en una corporación del Este del país. Yo estaba de pie frente a una mesa y del otro lado un instructor más joven comentaba “tú ya debes saber todo esto, ¿Qué podría enseñarte yo?”.
Para ser justos probablemente yo en alguna ocasión le di alguna clase o práctica por lo cual podía entender su postura. Cuando me ofrecieron un puesto en Alaska el año pasado yo tenía un expediente en blanco, absolutamente nadie me conocía de cuando comencé en este medio.
Aunque tuve la fortuna de que el sistema de Alaska es muy similar al de Madagascar, se encuentra aislado del resto de las instituciones, así que mis antecedentes no significaban nada.
Una vez con el uniforme, mi camuflaje desaparece. Esa capa de cabello color plata y las arrugas en mis ojos muestran que probablemente llevo ya un tiempo en esto. Esto significa que ya soy de edad, más no que tenga experiencia.
El hecho de que lleves haciendo este trabajo 20 años o más, significa que conoces tus horarios, mas no que puedas interpretar un EKG. Un buen profesional de la salud debe estar siempre actualizado y continuamente refinando sus métodos. Yo aprendo mucho del personal más joven día con día.
La currícula del paramédico actual me ha hecho volver a consultar conceptos y cuestionar estrategias que alguna vez fueron fundamentales en mi práctica médica.
He pasado una vasta cantidad de tiempo buscando en secreto en Google las cosas que ellos me enseñan, perforando a través de mis bifocales la pantalla y esperando poder ponerme a su nivel.
Los proveedores más viejos aportan madurez. Ellos tienen un marco de referencia y perspectiva que resulta invaluable para facilitar el cuidado de personas con una brecha generacional más grande. Nosotros entendemos sus bromas y podemos sostener una discusión con fundamentos de lo que califica como “Rock clásico” y lo que no.
Lo que necesitamos de los proveedores más jóvenes es que reconozcan que nosotros también tenemos mucho que aprender de este campo y que no asuman que solo porque cuando bajamos de la ambulancia rechinando, significa que tenemos todas las respuestas (a menos que su pregunta sea de Rock clásico).
La gente se sorprende de mi experiencia porque aparento ser más joven, yo podría sorprenderme igual por tu falta de ella; no dejes que asuma algo equívocamente cuando necesitas mi ayuda. La comunicación es la única forma de asegurar que todos, incluyendo al paciente, obtengan el mayor beneficio de nuestros años de experiencia, ya sea en los servicios médicos de emergencia o en cualquier otro tema.
Traductor
Jesús Morales Dávila es Instructor PHTLS, EMPACT, Pit Crew R, TFR, BCON y EPC. TUM Intermedio, Estudiante de Medicina de 9º semestre, Instructor de la Escuela Nacional de Técnicos en Urgencias Médicas de la Cruz Roja Mexicana y participa desde hace varios años como Paramédico Voluntario en la misma institución.
Nota: Este artículo apareció originalmente en la edición en inglés de la Revista EMS World y fue traducido por un voluntario. Si usted observa algún error o quiere sugerir un cambio, por favor envíenos un correo a editor@emsworld.com