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El salón de la fama: Kouwenhoven, Knickerbocker y Jude

John Erich

La corta historia de los SEM ha sido impulsada por la sabiduría, la previsión y la innovación de innumerables personas. A medida que avanzamos en la historia de los SEM, ya en su segunda mitad del siglo, sus orígenes se desvanecen. Vale la pena conmemorar a esos pioneros de los servicios médicos de emergencia prehospitalarios. Esta editorial honra a los mismos.

William Kouwenhoven, Guy Knickerbocker, and James Jude

Desarrolladores de la desfibrilación externa y las compresiones torácicas

En la historia de la reanimación de emergencia, los estudiantes del SEM conocen bien los nombres de pioneros como "Pantridge" y "Safar". Pero sus esfuerzos fueron precedidos por los trabajos, aún más fundamentales, de aquellos quienes realizaron las primeras incursiones en la terapia eléctrica y las técnicas de compresiones torácicas, que ayudaron a llegar a la RCP actual. A mediados del siglo XX, al hospital "Johns Hopkins" llegaron simultáneamente William Kouwenhoven, Guy Knickerbocker y James Jude, que se encuentran entre esos contribuyentes clave.

En 1914, Kouwenhoven inició como profesor en la escuela de ingeniería de la universidad, con interés en los efectos de la electricidad sobre el cuerpo humano y el paro cardíaco. Conforme la electricidad se esparcía por todo Estados Unidos, los trabajadores de las líneas de energía eléctrica, habían empezado a morir a causa de fibrilación ventricular, y Kouwenhoven quería desarrollar un instrumento que pudiera restaurar los corazones fuera de ritmo sin necesidad de una cirugía invasiva. En 1925, con una donación de "Consolidated Edison" (una de las empresas de energía más grandes de Estados Unidos), condujo una investigación, mostrando que, las descargas de bajo voltaje podían inducir a fibrilación ventricular y, las descargas de alto voltaje, podían detener el corazón y los pulmones completamente. En 1933, mediante una investigación con perros, Kouwenhoven descubrió que dar una segunda descarga eléctrica, podía restaurar el ritmo sinusal.

Para la década de 1950, estaba trabajando en un desfibrilador externo y para 1957 produjo un prototipo de 90 kilos para uso en humanos, que salvó la vida de un paciente en el hospital "Johns Hopkins". En 1961, el peso del dispositivo se redujo a 20 kilos, y ahora, podía caber en una pequeña maleta.

En 1958, un estudiante de Kouwenhoven, de nombre Knickerbocker, estaba trabajando para mejorar los primeros y complicados aparatos, cuando un perro del laboratorio sufrió un paro cardíaco. El desfibrilador que necesitaban, estaba siete pisos abajo y Knickerbocker sabía que no podrían traerlo a tiempo. Sin embargo, unas semanas antes, él había descubierto que, al aplicar los electrodos de cobre, cuando eran presionados contra el pecho del perro, ocurría un incremento en la presión sanguínea, aún sin corriente eléctrica. "Comenzamos a comprimir el pecho del perro, porque eso parecía ser lo correcto" comentó a la BBC en 2015.1

Mientras Knickerbocker corría por el desfibrilador, sus colegas comprimieron el pecho del animal. Le tomó 20 minutos regresar con el aparato, en ese momento desfibriló dos veces al perro y lo reanimó. "Habíamos encontrado un modo de desacelerar el proceso de muerte y darle tiempo a las personas para recibir una desfibrilación" dijo a la BBC.

Jude era un cirujano cardiólogo, que trabajaba en el laboratorio contiguo. Cuando supo del descubrimiento de Knickerbocker, comenzó a investigar dónde se debía comprimir, con cuánta fuerza y con qué frecuencia. Por último, las investigaciones mostraron que, las compresiones pueden llegar a simular hasta el 40% de la actividad cardiaca normal y extender la vida del perro hasta por una hora, pero persistía el escepticismo acerca de su eficiencia en seres humanos.

Un año después, una mujer de 35 años que se encontraba en el hospital "Johns Hopkins" por una cirugía de vesícula biliar, tuvo un repentino paro cardíaco después de la anestesia. Jude comenzó las compresiones torácicas y, después de dos minutos, el corazón volvió a latir. Después de eso, la mujer tuvo una cirugía exitosa y una completa recuperación.

Con ese salvamento, Kouwenhoven, Jude, y Knickerbocker publicaron, en 1960, su icónico descubrimiento en el artículo "Closed-Chest Cardiac Massage" en el Journal of the American Medical Association (JAMA).2

"Ahora, cualquiera, donde sea, puede iniciar los procedimientos de reanimación cardíaca. Todo lo que se necesita, son sus dos manos" concluyeron.

Referencias

1. Crouch L, Pitt C. The tale of the dog behind the ‘kiss of life’ discovery. BBC News, 2015 Sep 26; www.bbc.com/news/health-34351798.

2. Kouwenhoven WB, Jude JR, Knickerbocker GG. Closed-Chest Cardiac Massage. JAMA, 1960 Jul 9; 173(10): 1,064–7.

John Erich es el editor en jefe de la revista EMS World. 

Traductor

Adrián Alba Pelayo

Adrián es paramédico egresado de Cruz Roja Mexicana en Ciudad de México, donde participa como voluntario y operador de vehículos de emergencia desde hace 20 años. Actualmente es instructor en CECAD® Emergencias para programas de American Heart Association, Emergency Care and Safety Institute y de Primeros Auxilios / RCP para Mascotas.

Nota: Si usted observa algún error o quiere sugerir un cambio, por favor envíenos un correo a editor@emsworld.com

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